Me gusta/ lo comparto

domingo, 8 de noviembre de 2015

El estado de Israel no tiene idea de lo que es la "extrema izquierda"




El dúo de palabras "extrema izquierda" que últimamente en Israel se le adhiere a casi todo aquello que no sea derecha no representa nada que realmente exista en el país. 


En Israel no hay extrema izquierda. Casi no hay izquierda alguna. Mientras que la izquierda israelí no juega fuera de las reglas del juego democrático, la comparación de rutina diaria entre la extrema derecha, la cual está siempre lista a tomar las armas, a matar, a asesinar (incluso un primer ministro), a atacar y a lesionar la integridad física, y entre la izquierda, cuyo acto más extremo consiste en la expresión de opinión -tan radical como ésta sea- es una falacia. La comparación entre la extrema derecha y la extrema izquierda es engañosa, pero ayuda a la construcción social de la amenaza "izquierdista" a nuestra existencia como pueblo o como nación, favorece a aumentar la legitimidad de la ideología derechista nacionalista y facilita la aceptación pública de las acciones que toma el gobierno de derecha, el cual se encuentra desde hace años en el poder, en contra de la "extrema izquierda" que el mismo se ocupa de construir para luego destruir.


Contrariamente a la izquierda cívica, la ideología nacionalista considera a la "nación" como anterior al estado. Es la nación quien define quién puede ser incluido y quién no. 


Ésta surge de una historia compartida, sobre todo de sufrimiento, y sus características se manifiestan como parte del estado, el cual que debe darle el espacio para expresarse. El estado no es el que reúne y fija la nacionalidad – la identidad de la nación- sino que actúa bajo el nombre y en nombre de la nación. De acuerdo a esto, y aunque la nación sea una comunidad imaginaria –así como lo es la nacionalidad- no se percibe como imaginaria por la derecha nacionalista, sino como extremadamente tangible, y como tal seguirá existiendo, incluso si el estado se disolviera. Este concepto de nacionalidad es muy cercano al concepto de raza, y es capaz de adoptar patrones de pensamiento racista, mientras que la expresión del pensamiento racista puede encontrar espacio en el estado.


Hoy en día, el Estado de Israel, como democracia, es una piedra en el camino para la derecha nacionalista, interfiriendo en el proceso por el cual las perspectivas de derecha son establecidas como norma de pensamiento y de acción. 


La existencia misma del estado como una democracia liberal, en la que son legítimos los diferentes grupos ideológicos, es una amenaza. Así, somos testigos de los intentos del gobierno de cambiar las instituciones democráticas básicas e intervenir en favor de la derecha nacionalista, en la cual la expresión de ley religiosa judía constituye nada menos que una operación obligatoria. Así es cuando la "nación" es considerada anterior al estado. 

Por lo tanto, la izquierda, que es repetitivamente identificada con el liberalismo y el secularismo, es mostrada como "extrema". 

La izquierda es comercializada por la derecha como una verdadera amenaza para la vida de la nación. La "izquierda" se convierte en nada menos que un agente criminal y traidor, la palabra "izquierda" es usada como apodo o adjetivo despectivo y el izquierdista es excluido de la nación. Pero ¿por qué la ideología de derecha nacionalista, la cual podría cambiar de manera crítica a la democracia israelí y transformarla finalmente en una teocracia, recibe tanta legitimidad y de manera tan profunda? La respuesta es miedo. La estimulación emocional que conduce al miedo. Cuando una persona, un grupo, o una comunidad tienen miedo de dejar de existir es fácil conseguir legitimidad nacionalista. Es suficiente una rápida visión a las campañas electorales – pero no sólo a ellas- para comprender cómo la derecha se basa en la intimidación y la creación metódica del miedo. Su propaganda define a la derecha misma como el salvador y como el guardián del umbral contra una izquierda que se ha convertido en una amenaza extranjera. Pero el miedo conduce a la xenofobia. La xenofobia conduce al racismo. El racismo puede llegar a ser la norma. El racismo como norma daría lugar a la destrucción total del sistema, al colapso, y pondría fin a la existencia de Israel tal como lo conocemos. Cosa que a la "nación" le es indiferente.


Hoy es el momento decisivo. Hoy. No mañana. Mañana es tarde. La existencia misma de Israel como el estado que hemos conocido es lo que está en juego, como el estado que incluso la derecha liberal –la cual se encuentra en proceso de extinción- sabía apreciar. 


Ya en marzo de 1882, Ernest Renan expresó lo siguiente en su conferencia en la Sorbonne "¿Qu'est-ce qu'une nation"?: "hoy en día se sigue cayendo en el gran error de confundir la idea de la raza con la idea de la nación...de esta manera uno crea una especie de derecho primordial análogo a los derechos de los reyes, este es un gran error que si se vuelve dominante dará como resultado la destrucción y el colapso de la civilización europea…así como los derechos de un estado son derechos justos, los derechos primordiales de una raza son estrechos y llenos de peligros existenciales". No es la "extrema izquierda" la amenaza para nuestra existencia, ni siquiera lo son los árabes, sino nuestro liderazgo, nuestras normas y nuestra estrecha visión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...