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sábado, 24 de diciembre de 2016

Sociología Diaria No. 5: De compasión y otros animales





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En ausencia de solidaridad social y de sentido de pertenencia a la comunidad, la religión podría volver a llenar un papel reconfortante y unificador. Pero, ¿qué clase de religión es esa, y qué tipo de doctrina la acompaña? (Si es que la tiene). El orden existente, el capitalismo neoliberal, es escoltado por el individualismo y el atomismo, pero, ¿es posible que crezca y se establezca de este atomismo un nuevo "holismo", una especie de compasión universal?



Quizás el énfasis en el "sí mismo", el "yo individual", junto con la necesidad de pertenecer, la necesidad de ser parte de una comunidad, esté empujando a las personas a una corriente creciente de gente que se ve a sí misma parte de un movimiento significativo, parte de algo más grande que el propio individuo. Algo que se conoce como la Nueva Era.



Dentro de ese marco, el individuo podría solucionar la contradicción que surge entre el imperativo neoliberal de un individualismo posesivo y competitivo, y la abrumadora necesidad de comunidad; entre la definición del "yo" superfluo y consumidor del consumismo, y la necesidad de significado en la vida. Tal vez cuando el individuo elige esta nueva espiritualidad ofrecida en el mercado, o en el llamado "supermercado espiritual", de hecho esta satisfaciendo el imperativo de ser un individuo emprendedor, que sabe como portarse en el mercado libre, y al mismo tiempo también responde a su necesidad de significado trascendental.



Si es así, puede ser que la Nueva Era proporcione un terreno fértil para el crecimiento de una espiritualidad ecléctica, no una religión, sino una espiritualidad que es a la vez individual y universal. ¿Quizá sea el momento de abandonar la idea de la dualidad y en su lugar reconocer la idea de la simultaneidad?



¿Qué es la Nueva Era?
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Durante las dos últimas décadas ha crecido en todo el mundo un movimiento, o de una subcultura, conocida como la Nueva Era. Grupos de gente en países occidentales adoptan filosofías, sabidurías, o prácticas religiosas del Lejano Oriente, como el budismo, y/o prácticas de meditación como la Vipassana, Mindfulness o yoga. La corriente de la Nueva Era contiene una variedad ecléctica de creencias y de prácticas que se diferencian de las religiones tradicionales.

Entre otras cosas, se llevan a cabo sesiones de curación, talleres, seminarios, conferencias, cursos y rituales. La Nueva Era hace hincapié en el optimismo y en el pensamiento positivo, en la compasión y en el amor universal; pero al mismo tiempo se refiere al individuo como un eje central, haciéndolo único responsable de su desarrollo y de su realización espiritual, de la realización absoluta de ese potencial propio, y así también de la transformación trascendental del mundo. La mentalidad del movimiento eleva al individuo a la altura de autoridad suma, de auto-conciencia absoluta, actuando así como un faro, una brújula, como la autoridad suprema que dicta la acción.



Este movimiento en el mundo occidental no surgió en el vacío, sino en un contexto histórico donde el capitalismo neoliberal es el entorno económico, social y cultural. Se puede entender al neoliberalismo como la forma en la cual las relaciones entre el Estado, por un lado, los individuos, las empresas comerciales y los mercados, por el otro, se deben construir. Esta estructura implica una ideología que afecta profundamente la vida del individuo.



La ideología neoliberal contemporánea hace hincapié en la responsabilidad personal, más allá de cualquier influencia que pudiese tener en el estado individual la estructura socioeconómica. Por lo tanto, el individuo se compromete a actuar como una unidad de autorregulación, a ser un jugador financiero independiente, un dispositivo autónomo de auto-mejora. En el mundo occidental, el movimiento de la Nueva Era es aceptado por la corriente principal casi naturalmente, ya que adopta la lógica del mercado y la premisa básica de la responsabilidad personal exclusiva; pero, al mismo tiempo también ofrece una alternativa espiritual.



¿Cómo podemos entender la compasión universal, de la cual se apropia el concepto de la Nueva Era, en el contexto de elevación de "yo individual" como la autoridad suprema?
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Las ideas del movimiento de la Nueva Era hablan de unidad. O sea, todo lo que existe es parte de una unidad en la cual todos estamos conectados. El principio básico de la Nueva Era es que todos somos uno, o que todo resulta en uno. Esto se puede entender como una mirada integral, que llena las necesidades más profundas del ser. Por ejemplo, la necesidad de conectar con la esencia espiritual, con la verdadera naturaleza. El argumento es que la espiritualidad del "yo interior" se encuentra sellada en el orden natural de las cosas (como un todo o como una individualidad), y que esa espiritualidad interior es la clave para progresar hacia una vida mejor. En otras palabras, es la llave que abre la transición desde todo lo que es malo en la vida hacia todo lo que es bueno.



Así, el movimiento apoya a organizaciones que promueven una visión "Green" (verde-ecológica) en diversos campos, como el medio ambiente, la tecnología, o la política; y busca la creación de una única religión unificadora. La visión "verde" y la promoción de la idea de preservar la naturaleza y el medio ambiente se conectan, por ejemplo, con el amor de la naturaleza del budismo. Algunos partidarios de la Nueva Era sienten solidaridad con todos los seres vivos, compasión y responsabilidad universal por todo lo que vive, en correlación con el budismo (Budismo Zen).



Pero no sólo la idea de unidad y de "somos uno" son la base de la Nueva Era, sino también una especie de individualismo, o de coronación del "yo individual". El marco conceptual incluye la transferencia de la responsabilidad de casi todo, y casi por completo, al yo privado e individual. Individuos influidos por las ideas de la Nueva Era estarían dispuestos a asumir la responsabilidad de acontecimientos que otras personas creerían más allá de su control. De acuerdo con esta forma de pensar, incluso aquellos que son víctimas de violencia, pueden considerarse como individuos que "anhelaban" pasar por esas experiencias.



Bajo ese pensamiento, se podría entender que el gobierno indiscutido del "yo individual" indica una idea del "yo" perfecta e invulnerable. Sin embargo, la ideología asegura que el yo es divino, pero no es perfecto. El individuo es imperfecto, fallado, y está obligado a mejorar. Para "arreglar" el yo, y superar sus fallas, es necesario regresar al compromiso con el ser interior. El re-enlace interno profundo implica el rechazo del mundo social amplio. Otras personas, grupos o individuos, son innecesarios para la tarea central de autodescubrimiento.



Aunque ciertos partidarios dentro del movimiento New Age, adopten el sentido universal de la responsabilidad con todo lo que existe, en conformidad con la mentalidad budista, el "uno mismo" es todavía un ente sagrado, y es visto como una entidad independiente. Los New Agers creen en el monismo (todo es uno), y en el panteísmo (todo es Dios). En consecuencia, cada individuo es considerado un ente divino, o incluso es considerado como Dios mismo. Los miembros de la Nueva Era creen en la autonomía del ser humano, en la cual cada ser humano es en esencia un ser espiritual. La autonomía también consiste en la creencia de que la moral es relativa.



Desde su responsabilidad personal e independiente, el individuo se mueve de acuerdo a la lógica del mercado, es responsable de sí mismo y elije su identidad religiosa, o su pertenencia a una u otra comunidad religiosa o espiritual, en el "supermercado espiritual" que le ofrece el mercado libre.



Pareciera que se pudiesen encontrar puntos en común entre las ideas de la Nueva Era y las ideas neo-liberales. Como se dijo antes, el neoliberalismo no es sólo una estructura económica organizadora, sino también una ideología que tiene lugar en la transferencia de la responsabilidad del Estado al individuo. Mientras que el Estado garantice el mercado libre, el individuo es considerado el único responsable de su bienestar, de sus éxitos y fracasos. De acuerdo con el concepto, la capacidad del individuo para convertirse en emprendedor determina sus condiciones de vida, y no las características estructurales del sistema.

En la ideología neoliberal también hay una suposición de que los puntos de vista morales, los valores individuales, son los apropiados sólo cuando el jugador, el individuo, es capaz de funcionar independientemente en el mercado competitivo. Como parte del sistema neoliberal se produce la individualización de los problemas sociales.



La elevación del "yo individual" a la parte superior de la pirámide, es un ideal compartido por la Nueva Era y el neoliberalismo. El ser es el único responsable de las consecuencias de sus decisiones. Por lo tanto, en el neoliberalismo, la intervención del Estado en los asuntos individuales es vista como perjudicial para el equilibrio natural del mercado, así que el Estado debe abstenerse de interferir. Como parte de la idea, la única meta legítima del Estado es servir a la protección de la libertad individual, especialmente la libertad de mercado y del libre comercio.



Sin embargo, el neoliberalismo, cuando habla del "yo individual", no lo aborda como un "templo", no habla de la interioridad de la espiritualidad humana, de nuestro ser interior, o de la necesidad de conectar con una naturaleza interna, sino que aborda el juego económico como su "templo".

Al observar el capitalismo neoliberal occidental, se puede identificar a la cultura de consumo, que se desarrolló en la modernidad, como la forma dominante también en la actualidad. El status quo neoliberal pone énfasis en el consumo veloz de placeres transitorios, a menudo comprados con dinero. La cultura de consumo crea constantemente al "yo" por medio del acceso a cosas que aparecen como nuevas, de moda, mejoradas o renovadas. En otras palabras, la cultura de consumo desarrolla a un "yo" que se basa en cosas externas a la experiencia interior. El individuo se encuentra alienado, en un entorno individualista que pierde el sentido de comunidad y donde el "somos uno" desaparece, e incluso también puede que desaparezca la compasión con todo lo que existe; y en su lugar viene la competencia, el individualismo y la orden al emprendimiento personal, la auto-coronación y la preocupación por la supervivencia personal. La realidad neoliberal requiere al individuo para mejorar su condición general, y las acciones específicas para mejorar el estado personal son percibidas como parte integral de los esfuerzos del individuo para alcanzar el éxito personal y la felicidad.



En este entorno, surge un conflicto entre el individualismo posesivo, por un lado, y el deseo a una vida colectiva y significativa por el otro. Sin embargo, como parte de la mentalidad neoliberal, mientras que las personas supuestamente son libres de elegir, no se espera que elijan construir instituciones colectivas. Uno de los fenómenos relacionados con el individualismo en la era global, es el desarrollo de síntomas como la inseguridad, la pérdida de sentido en la vida, el atomismo, y la falta de solidaridad; pero también una profunda necesidad de comunidad. La comprensión del sujeto como espectador pasivo, que se encuentra al vaivén de acontecimientos que están fuera de su control, produce una fuerte necesidad de comunidad. La pregunta es, ¿cómo resolver esta contradicción?



¿Compasión Vs. El individualismo?
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Podría decirse que, según se ha mostrado anteriormente, el movimiento de la Nueva Era en Occidente surgió de la mentalidad, la cultura y la lógica neoliberal del mercado capitalista, por lo que lo refleja, así como también es su modelo. Pero, ¿Y si la Nueva Era está desafiando el status quo neoliberal capitalista individualista?



En realidad, una gran cantidad de voces dentro de la Nueva Era están ​​rechazando los acuerdos existentes. Incluso si los acuerdos impugnados por la Nueva Era son a menudo religiones y prácticas espirituales, y no necesariamente sociales o económico estructurales, la idea básica parece desafiar acuerdos sociales. Un ejemplo de esto es el movimiento "Goddess Wood Pilgrims", que presenta un reto a los arreglos sociales patriarcales existentes.



Además, gran parte de los New Agers sienten una gran responsabilidad por todos los demás seres humanos, así como compasión por todo lo que existe, por el mundo entero, desde la creencia de la unidad. De hecho, esta creencia incluye el supuesto de que todo lo que sucede no está fuera del individuo mismo, ya que los acontecimientos no son autónomos, sino que son responsabilidad del individuo. No sólo eso, sino también que el tipo de vida que la gente lleva hoy en día, de acuerdo con los seguidores de la Nueva Era, no es la forma adecuada y adaptada a nuestro ser natural y espiritual. De ahí la necesidad de reparar y producir una nueva conciencia, una conciencia que conecte con la verdadera naturaleza, en todos sus detalles.



¿Es posible que el individualismo que se refleja de la Nueva Era no sea exactamente el mismo individualismo resultante de la ideología neoliberal?
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El Dalai Lama del Tíbet, dijo en su libro, "Libertad en el Exilio": "Se los puede resolver (a los problemas de la humanidad) sólo a través del esfuerzo humano, de la comprensión y el desarrollo de un sentido de hermandad. Para ello debemos cultivar la responsabilidad universal con los demás y con el mundo que compartimos, sobre la base de un buen corazón y de la conciencia"(268). Como mencione anteriormente, la influencia del budismo en la Nueva Era es importante, así que las palabras del Dalai Lama tienen un gran peso. Si es así, ¿es posible que se cree una nueva solidaridad, o una fraternidad, a través de la superación personal individual? ¿Podría ser que la mejora individual precisamente crea la unión? Es decir, crea un compañerismo en el que no hay competencia o comparación entre los individuos. Una fraternidad que enfatiza el acto de compartir lo mejor entre un individuo u otro, el amor y la compasión, que contribuirán a su tiempo al bien común.



Es posible que el lugar y el papel de la compasión, a medida que se extiende y parte del mejoramiento personal de cada individuo, sea el de participar en la creación de una red que busca cambiar las reglas del mundo en que vivimos. Esta compasión universal es una compasión que no estaría en contradicción con el individualismo. En otras palabras, una compasión creativa, una compasión por el planeta y todos sus habitantes desde el trabajo individual y no colectivo. Sin iglesias, sin templos, sin doctrina y sin Dios, pero con una unidad divina dentro del ser. Una compasión, que de acuerdo con la idea de la Nueva Era, llevará a la creación de lo bueno para todos. No un Dios aparte será el que creará o castigará, no un Dios que no es un ente humano, sino cada individuo, cada ser humano es una brújula divina, un ser espiritual en esencia.



En este contexto, Melton describe ondas de energía llegando a más y más gente todo el tiempo, las cuales tienen el poder de cambiar a los seres, y así cambiar el mundo. El propósito principal del movimiento, según Melton, es la creación de grupos y grupos de personas que tomen las ideas de la Nueva Era, y distribuyan "luz espiritual". Estos grupos se unirán a otros grupos de personas, hasta la creación de "una red global de luz." de esta manera el mundo se saturará de energía espiritual y se transformará.



El argumento es claro, y es que nuestras vidas no están funcionando, y que lo que hemos aprendido e internalizado a través de la socialización (el orden existente: el materialismo, la competencia, el consumismo) no son la vida real, la auténtica, la humana. La vida humana sólo puede detectarse por un viaje espiritual interno. A menudo, esto incluye el rechazo del mundo capitalista contemporáneo, y tiene a menudo el deseo de explotar lo mejor de ambos mundos, el del mundo espiritual y el de la lógica interna del mercado, que ve al éxito en términos materiales (éxito material que New Agers traducen muchas veces como armonía interior con el universo).



¿Tal vez el análisis de acuerdo con la lógica del mercado, con énfasis en los puntos de interfaz entre el nuevo pensamiento espiritual y el neoliberalismo, reduce y aplana la idea de una nueva era?


Si nos fijamos en la Nueva Era con los ojos libres de neoliberalismo, puede ser que cuando un individuo actúa como el único responsable de su destino, comprometido con el desarrollo personal y espiritual propio, no necesariamente se aísle en una especie de atomismo, sino que automáticamente pasa a pertenecer al grupo de individuos que operan de la misma manera, al movimiento, que en última instancia busca cambiar el mundo, busca realizar algo más grande que el individuo en sí.



Aunque, no se puede negar que, como parte de la Nueva Era existe la privatización de la esperanza. Se trata de una privatización, porque la idea fundamental del movimiento es poner atención a lo que haces como individuo, lo que piensas como individuo, a la interpretación individual, a la búsqueda individual de significado; en lugar de aceptar una doctrina (ya que los de la Nueva Era se oponen a la palabra "religión" y a las religiones, aunque están interesados en la espiritualidad). Por lo tanto, deben trabajar su ser autónomo e independiente. Sin embargo, se puede divisar una armonía, en lugar de un conflicto, entre los valores individualistas y los valores del bien común.



¿Cómo se podría interpretar el trabajo del practicante individual e individualista de la Nueva Era en el marco de la compasión universal?
Una posible interpretación es que en la sociedad occidental contemporánea -que rechaza el marco de la acción colectiva y empuja a la idea del individualismo- la Nueva Era –que rechaza todo aquello que se parezca a una doctrina- otorga una solución dentro de la acción individual. No es una acción vista como aislada desde el propio individuo, sino como algo más grande que el individuo mismo. Es una solución plausible que resuelve la tensión entre el holismo y el atomismo.



Por lo tanto, se puede ver a la privatización de la esperanza como parte de la creación del ser emprendedor activo del capitalismo neoliberal, como una persona que produce su propia historia personal; pero que en la mente de los miembros del movimiento de la Nueva Era, no se trata sólo la implementación de un hombre mejorado individual sin impacto colectivo, sino una práctica individualista con influencia colectiva y mundial. No es un desarrollo personal individual, solo para sí mismo, sino por el contrario, en la opinión de la Nueva Era, se trata de una acción personal que va a cambiar el mundo, de una compasión universal desde el individualismo.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Sociología diaria número 3: El artista académico





Como quien viene de las artes (la actuación y la dirección) no pudo evitar la emoción que me produce leer las líneas que escribe Swedberg* en su artículo del año 2012. Los términos y las ideas que expone me recordaron mucho el trabajo del artista general, y el del actor en particular. La legitimidad que le da el autor a conceptos familiares para mí en el mundo de las artes escénicas, como la intuición, la imaginación, la creatividad, el trabajo lúdico (Playfulness) en el trabajo del investigador académico me llenó de entusiasmo; el mismo Swedberg indica la cercanía existente entre el arte y el concepto de teorización (Theorizing).


Swedberg valida, en la investigación, el proceso de pensamiento que incluye la ambigüedad, el también, el "y", el "ambos", y no sólo el "o, o", "el uno u el otro", sin reducir el valor del segundo; al igual que en el pensamiento lateral de Edward De Bono. El pensamiento lateral es un pensamiento horizontal, en oposición al pensamiento lógico vertical. Lo interesante no es solo el lugar que Swedberg propone para el "teorizar" en el proceso de investigación, sino también el método por el cual se propone hacerlo. En este punto, y en un buen número de otros puntos, el artículo menciona conceptos y técnicas directamente ligadas a muchas de las ideas de las obras de De Bono.


En variadas descripciones que aparecen en el artículo, por ejemplo en relación a la asociación libre, que el autor conecta con Freud, yo encuentro conexión con De Bono y con Keith Johnstone . Johnston presenta sus ideas en un libro llamado "La improvisación y el teatro", que otorga al lector oportunidad de ver desde adentro el proceso creativo por el cual la improvisación y el Sport Theatre se tornaron géneros teatrales por sí mismos. Para Johnston, la asociación libre es un proceso clave en la formación del jugador/actor en la técnica de la improvisación. En mi opinión, la técnica es tan central para el actor como lo es para el investigador en el acto de teorizar, según Swedberg. Para Johnston, es el método por el cual el jugador/actor desarrolla su habilidad. Y lo expresa de esta manera:


"Les pido a mis estudiantes que practiquen tres habilidades en la técnica de asociación libre 1) la asociación libre en sí, 2) conectar entre sí datos y detalles, y 3) introducir y conectar nuevamente datos que han sido olvidados. Hoy creo que el hecho de imaginar no debería ser algo que requiere esfuerzo, al igual que el acto de percibir. Para identificar a alguien, mi cerebro debe realizar increíbles hazañas de análisis: es alto, es flaco, viene acercándose a mí, es un ser humano, es un pariente, etc.... Todo para convertir la radiación electromagnética en mi padre. Yo no lo experimento como si estuviera haciendo algo, no lo vivo como un esfuerzo. Sucede lo mismo con la imaginación [...] cuando un artista se encuentra en estado de inspiración no toma ninguna decisión cognitiva, no tiene en cuenta ideas, se deja llevar por sus primeros pensamientos [...] lo maravilloso de la improvisación es que la persona está en contacto con gente libre, donde parecería que la imaginación no encontrara límites".


Algunas de las primeras habilidades que se deben desarrollar en actores que aspiran a ser improvisadores son las de liberar el miedo al fracaso y el miedo a "quedar en ridículo" o "parecer tonto", al igual que nota Swedberg en su capítulo Teaching theorizing: exercises in theorizing.


En este sentido, así como lo indica Johnston, cobra especial importancia la atmósfera que se debe crear para permitir la asociación libre, sin miedo al castigo o salir mal parados tras los resultados. Para mi entender, también la academia debe poner un énfasis especial en la atmósfera universitaria, con el fin de permitir una teorización eficaz. También la idea de teorización como la expone Swedberg , como un "conocimiento tácito" me resulta muy atractiva; y una vez más, este tipo de conocimiento es también característico de la obra del artista. Así, las habilidades del investigador en las ciencias sociales tienen mucho en común con las habilidades del artista, aunque los productos de uno se vean en la academia y los del otro en el escenario de un teatro. El académico también puede ser un artista.



* Swedberg, Richard. 2012. “Theorizing in Sociology and Social Science: Turning to the Context of Discovery.” Theory and Society 41(1):1–40.



sábado, 18 de junio de 2016

Sociología diaria Nº 2: Ciudadano soberano de la humanidad





La percepción del estado soberano como una entidad omnipresente es común en la política y en el campo de la ciencia política desde hace siglos, independientemente de las características o de las funciones que se le atribuyen al estado desde las diferentes perspectivas, posiciones teóricas o ideologías. Así entendido el estado, el concepto de democracia moderna mantiene estrechos vínculos con la entidad estatal soberana. Hoy en día, términos conceptuales -fruto intelectual de la era moderna- siguen siendo utilizandos para describir, pensar y comprender al estado soberano y a la organización de la vida cívica y política.


La teorización del concepto de Estado ha llevado a una categorización de los regímenes y de los sistemas políticos en categorías distintas y separadas. Calidades que deben mantener la condición de diferenciarse la una de la otra. De acuerdo con esta lógica, la democracia liberal, tal como existe hoy en día en muchos países occidentales, sería opuesta al sistema político autoritario y totalitario que ocurre en China. Por lo tanto, el sistema chino es percibido como antidemocrático. Así, ciudadanos en un régimen democrático liberal son vistos como poseedores de grados de libertad política y civil mayores que aquellos sometidos a regímenes autoritarios.


Pero, incluso si la clasificación es una herramienta eficaz para el análisis de los regímenes políticos, los estados y regímenes no son situaciones estáticas, sino dinámicas, y están sujetas a cambios históricos. Además, puede haber características de regímenes autoritarios en regímenes democráticos y viceversa. Según Agamben * 1, el hecho de que exista tal proximidad entre la democracia y el totalitarismo puede explicar la velocidad con la que las democracias parlamentarias son capaces de cambiar y convertirse en estados totalitarios (Israel: ¡estás siendo advertido!).

Los derechos humanos y la Biopolítica * 2 son importantes cuestiones en el pensamiento de Agamben. El filósofo y pensador italiano busca ampliar el pensamiento y dejar de tratar a los derechos humanos como si fueran principios éticos eternos. En su lugar, ofrece observar el papel histórico que desempeñan en la conformación del Estado-nación. Sostiene que la vida biológica -natural, desnuda- , y no la vida política, se encuentra en la base de la legitimidad del Estado-nación y de su soberanía. La relación entre soberanía y Biopolítica se expresa en el concepto de Nación, a la cual se le atribuye la soberanía.

La vida natural, fundamento de la Biopolítica es, por lo tanto, la base del orden político. La vida biológica está embebida en la ciudadanía en forma de derechos naturales, irrenunciables e incancelables. Por lo tanto, el súbdito se convierte en ciudadano, y nace el sujeto soberano (sovereign subject) como base del estado. La misión Biopolítica del estado en los siglos 19 y 20, según Agamben, se ha basado en la persona, pero no como individuo político, sino en su vida biológica, en su vida expuesta, en su mismísimo nacimiento, que contiene el axioma de la soberanía.

Según mi punto de vista, hoy en día, bajo una disposición en la cual el mercado es la fuerza organizadora, como en el sistema neoliberal, los derechos del ciudadano parecen expandirse de ciudadano civil -con derechos cívicos- a ciudadano consumidor –con derechos consumistas-. Surgen nuevos conceptos, como el de soberanía del consumidor (consumer sovereignity), por ejemplo, que apunta a la capacidad de consumo del individuo, siendo el ciudadano-consumista el que decide lo que se va a producir en el ámbito económico. En lugar de un rey, un dictador o una fuerza central encargada de la toma de decisiones, la soberanía pasa al ciudadano-consumidor y se expresa en sus decisiones diarias, en su participación en el mercado. Pareciera como que la soberanía estatal se desintegrara dentro de la soberanía ciudadana. Quizás sea posible que la soberanía basada en la vida natural este en vías de desaparecer, y con ella también la Biopolítica.

Sin embargo, la soberanía del consumidor individual no parece amenazar la soberanía primordial, la de la Biopolítica. Los principios de los derechos civiles, los derechos humanos y la Biopolítica, como son expresados por Agamben, no parecen cambiar significativamente en el estado neoliberal, ni tampoco como resultado de la transformación del ciudadano cívico al ciudadano consumidor. Incluso si los ciudadanos obtienen más y nuevos derechos como consumidores, la soberanía es indicada todavía por el mismísimo hecho del nacimiento, por la nación, por la vida primordial. La vida biológica es todavía factor en el acuerdo político.

Pero, es suficiente echar un vistazo breve a las noticias para entender que un ciudadano que pierde su ciudadanía y se convierte en refugiado, uno que no está en su comunidad o en su nación -de acuerdo a su nacimiento-, no sólo pierde sus derechos ciudadanos, sino que también se convierte en desprotegido en lo que toca a sus derechos fundamentales. Se queda despojado de sus derechos primordiales, aquellos derechos incancelables, irrenunciables. Está bajo la cancelación de los derechos humanos. La situación muestra que el principio de la vida desnuda, de la vida natural, de la vida expuesta, como base de la soberanía del estado, no sólo no se redujo, sino más bien que se enfatizó.

No obstante, el incesante flujo de refugiados, que finalmente se concentra en campos o a lo largo de las fronteras de distintos países, según Agamben, puede ser un factor crucial que afecte de manera crítica las bases biopolíticas de soberanía. No sería el concepto de ciudadano consumidor el que podría en peligro la soberanía primordial, sino tal vez el fenómeno de los refugiados.

Según Agamben, los refugiados producen una fractura en la secuencia entre persona y ciudadano, entre el nacimiento y la nación. Los refugiados crean una crisis en el factor primordial de la soberanía. El refugiado revela la diferencia entre el nacimiento y la nación. El refugiado expone lo que antes estaba oculto en la arena política: la vida desnuda, la vida expuesta, la vida biológica. Agamben lo llama "llevar a crisis la ficción de la soberanía primordial".

¿Podría ser que la afluencia creciente de refugiados dará lugar a una situación nunca vista antes? Una situación en la que la crisis de la soberanía primordial sería cada vez mayor, y con ella la diferencia entre el hombre y el ciudadano, o sea la separación de los derechos humanos básicos de las libertades civiles. ¿Será este el nacimiento de la a ciudadanía de la humanidad? Sabemos que el futuro depara un gran movimiento mundial de refugiados como consecuencia del cambio climático. Además de la imposibilidad de vivir en ciertas áreas del mundo, el cambio climático podría encender guerras, que a su vez sumarán más refugiados a la corriente.

Surge la pregunta: ¿Será que la crisis de la cual habla Agamben quedará como una operación intelectual más, como un concepto teórico, o tendrá el poder de influir en los acuerdos políticos estatales y\o globales? No hay más remedio que dejar la cuestión abierta y ver lo que deparará el futuro.


* 1 Https://en.wikipedia.org/wiki/Giorgio_Agamben

* 2 Michel Foucault, a través del concepto de Biopolítica, ya señaló en los años setenta lo que hoy en día es muy claro: "La vida" y la "vida salvaje" [le Vivant] están en el corazón de las batallas políticas y las estrategias económicas.

La Biopolítica ve a la población como una cuestión política y científica, como una cuestión de administración biológica. El Biopoder no influye en el individuo A Posterirori - como sujeto de disciplina en sus diversas formas, de normalización y de institucionalización-, sino que actúa sobre la población como un sistema preventivo. La legitimidad de la Biopolítica y el Biopoder se centra en la preocupación por la optimización de las oportunidades de vida, por ejemplo, mediante el uso de estadísticas para prevenir epidemias y escasez.



La Biopolítica se ejecuta a través de los mecanismos de gestión y supervisión, que son capaces de dar cuenta de los acontecimientos "al azar", "inesperados", en una escala global. El Biopoder es no sólo disciplina, sino también es la comparación a escala mundial, es el "poder de vivir". Una fuerza que no causa la muerte, sino que la regula.

lunes, 18 de abril de 2016

Nueva serie: " Sociología diaria"- Publicación Nº 1-Espejito, espejito, ¿cuál es el consumo más hermoso?



Espejito, espejito, ¿cuál es el consumo más hermoso?
Adorno y Horkheimer escribieron una de las críticas más profundas a la modernidad, La Dialéctica de la Ilustración, un libro que fue publicado por primera vez bajo ese nombre en 1947 como parte de la corriente intelectual de la Escuela de Frankfurt. Dentro de la realidad capitalista en América en el siglo 20 y la prosperidad del nazismo en Alemania, Adorno y Horkheimer redactaron la Dialéctica de la Ilustración, como producto de su exilio desde Alemania a los Estados Unidos de después de la guerra.



Ambos pensadores preguntan la gran pregunta: ¿Cómo es que la modernidad, la iluminación, la modernización en las ciencias, la medicina y la industria, la modernidad que deberían eliminar la ignorancia humana, sus enfermedades, el trabajo duro y cruel, está ayudando a crear un mundo donde la gente está dispuesta a adoptar, de forma voluntaria, la ideología fascista, el genocidio con conocimiento de causa y el desarrollo de armas de destrucción masiva?

En realidad, la cuestión es cómo la racionalidad resulta completamente irracional.


Pensadores de la Escuela de Frankfurt comenzaron a cuestionar la conformidad y la falta de resistencia que estaban presenciando, tomando a la industria cultural como clave. Este tipo de industria no se crea por casualidad en los países capitalistas industrializados, sino que avanza debido a las leyes de la lógica del capital. 


En el contexto de la prosperidad de la fase industrial del capitalismo, caracterizada por grandes fábricas, producción en masa y concentración del capital, también se desarrolla una gran cantidad de productos indistinguibles entre si. La producción en masa y la estandarización se extienden también al ámbito cultural. Productos culturales estandarizados salen al mercado, desde ropa hasta series de televisión, cine y música. Los consumidores se rinden a las leyes de la producción capitalista enraizadas en ese período histórico específico. La multitud se convierte en fanática del orden en el cual se encuentra sumergida. Se puede decir entonces que el consumo (o consumismo) es una expresión de la conformidad y que el consumidor no es más que un elemento pasivo en el conjunto. El consumo es, por lo tanto, una herramienta en las manos de fabricantes y no en las manos de los consumidores.




Aquí me propongo a preguntar nuevas preguntas: ¿Es que el consumismo aporta a la conformidad o contribuye a la libertad más amplia? ¿Es que el consumismo aborta la posibilidad de resistencia o abre una nueva forma de resistencia en forma de capacitación de los consumidores o de poder del consumo que está en manos del consumidor?


Las nociones de consumismo y cultura de consumo (o industria cultural), 
como parte del capitalismo industrial, son el resultado del pensamiento crítico de la Escuela de Frankfurt. La teoría de la industria cultural es una declaración de la capacidad y del poder de la producción de incorporar, diseñar y adaptar al consumidor. Se podría decir que la respuesta de Adorno y Horkheimer corresponde más con la expansión de la conformidad que con la expansión de la libertad. Pero, ¿la industria de la cultura es entendida de la misma manera en el período post-moderno? ¿Cuáles son los cambios que se producen en el concepto de consumismo en la transición de la modernidad a la posmodernidad?


El concepto de consumo está lejos de estancarse, en lugar de eso se convierte en multidimensional. Consumo político (o política del consumismo) es un concepto relativamente nuevo. A mediados de los '90 se comenzó a hablar en la ciencia política de lo llamado consumo político, con sentido a la conciencia que tiene el consumidor de la influencia política de su comportamiento. Cuando las personas intervienen en el mercado con Boicot o Buycott a fin de disolver sus preocupaciones políticas, en realidad están involucrados en consumismo político. Por lo tanto, el concepto de consumo no es de por sí un acto que responde a necesidades sociales o materiales, sino que responde a la necesidad de expresión política.


Si en la era moderna el consumismo es un acto pasivo y conformista, el concepto toma otro color en la era posmoderna. Los consumidores no compran como modo de represión pasiva, sino como una forma activa de relacionarse, no sólo con objetos, sino también con personas y con el mundo entero. Un mecanismo de respuesta activa y global en la cual se basa la cultura en su totalidad. Los objetos tangibles no son el objeto de consumo, estos sólo constituyen una respuesta a la necesidad de satisfacción. El consumo (o consumismo) es, por lo tanto, una manipulación sistemática de símbolos. Para convertirse en objeto consumible, es necesario, en primer lugar, convertirse en un símbolo.


Así como el clima económico e intelectual en los Estados Unidos a principios del siglo 20 otorgó las condiciones para el surgimiento de una sociología crítica, que dio surgimiento a la crítica cruda del modernismo, puede ser que el clima económico e intelectual en el postmodernismo cree condiciones propicias para la observación del consumo y de los consumidores de acuerdo a la teoría política. El consumo como expresión política. En ambos casos, el consumo no sólo se describe como una actividad económica pura.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Sólo vine por una preguntita

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Yo tratando de venir por las buenas



¿Otra vez de vuelta con el tema de la ética en el blog? Mirá que trato de venir por las buenas ¿¡otra vez con la Ética?! Oh, bueno, voy intentar igual venir por las buenas. Pero antes que todo, "yo sólo vine por una preguntita": ¿Qué pasa en este gobierno? ¿No se termina un episodio deprimente que ya viene uno nuevo? ¿Cuánto puede contener una persona? Oh, bien, me dije que iba a tratar de venir por las buenas.



Un recordatorio a nuestros amigos en el poder: la ética trata de la acción que es la debida y la correcta. Una de las formar de ver la ética dice que se debe de cometer aquella acción que generará el mayor beneficio a la sociedad. En otras palabras, actuar de acuerdo con el resultado. Este es un tipo de pensamiento consecuencial. Pero, hay un pequeño problema, la imposibilidad de predecir con exactitud las consecuencias del acto. Incluso si el pensamiento consecuencial dirige hacia lo deseable, el no poder predecir con exactitud lo que sucederá por el accionar es un problema, especialmente cuando se trata de una sociedad, un sistema público, con toda su complejidad. 

A veces, la ética no es suficiente para dar lugar a la conducta deseada y se requiere de la ley. De todos modos, hay una clara necesidad de una ética específica en relación a los funcionarios públicos y a los políticos electos, una ética designada para responder a supuestos dilemas que se plantean en relación con el cumplimiento de la función pública. Zamir (1987): "La ética pública refleja los valores morales aceptados públicamente con respecto al buen comportamiento de los representantes electos, los funcionarios y sus superiores, el consenso moral o una esencia moral común de la honestidad y la decencia". Un momento, "yo sólo vine por una preguntita": ¿Podríamos exigirle a nuestros líderes que se aprendan este texto de memoria? Pero antes, "Sólo una preguntita": ¿Qué son los valores morales aceptados públicamente?



La definición de la ética pública hace uso del concepto de la moralidad aceptable, un consenso moral, pero, es difícil establecer qué es esa moralidad aceptable. Similarmente al concepto de "persona razonable" en el sistema legal, se podría hablar de una "moral razonable". La respuesta es muy clara en los casos en que existe un riesgo de corrupción personal. Zamir (1987): "En estos casos podemos decir que el representante electo o el funcionario público no está ejerciendo su autoridad de buena fe, dada la presunción de que él sabe que la autoridad que le fue otorgada es para servir las necesidades del público en general, y la explotación de esa autoridad para las necesidades personales es una violación del deber de lealtad hacia el público". Zamir afirma que hay casos en que la respuesta no es clara, se trata de una "zona gris", e incluso polémica .Por ejemplo: ¿Puede un ministro mentir sobre ciertos temas? Se ha sugerido que la ética pública permite que un ministro le mienta al parlamento (Ha Knesset) por ejemplo, en un tema de seguridad nacional donde es requerido mantener en secreto. Pero, ¿es lícito que un ministro mienta en cualquier otro caso, aún si pueda servir al interés público? ¿Puede un ministro mentir del todo? ¿Qué es esa "zona gris"? 

Obviamente, es una zona situada entre el negro, que sería un comportamiento criminal, y el blanco, una conducta ejemplar. Es importante definir el área gris. Si nuestros líderes en el poder no la definen, entonces por lo menos nosotros, el pueblo, debemos fijar los límites de esta zona gris y dejarlos en claro para nuestros líderes. Por ejemplo: ¿está autorizado un ministro a decir que no puede abordar una cuestión porque tiene un conflicto de intereses y entonces no podrá servir al interés del público si se ocupa de la cuestión del caso? (es amigote del magnate que nos va a robar el gas), mientras que antes de las elecciones esa misma persona que pasó a ser ministro del tesoro (nada más ni nada menos) se comprometió públicamente a resolver la mismísima cuestión -llamémosla monopolio del gas- (ya en ese momento era amigote del mismísimo magnate que nos robará el gas, sólo que no lo dijo)? Yo a esto lo veo de color gris muy oscuro. Oscurísimo.



Otra cuestión relacionada con la ética pública es si la moralidad convencional o aceptable es una moral deseada. Porque la aceptación social puede estar bastante lejos de lo deseable, como Sodoma y Gomorra. Hay reglas fijas para la ética, una normativa, Zamir (1987): "Una colección de reglas no es capaz de hacer a la gente honesta, o de ser un sustituto para el sentido moral del hombre. Con el tiempo, la gente se guiará únicamente por su sentido común y su propia sensibilidad moral. La prueba es si la persona cree que su comportamiento podría soportar la crítica pública. Sin embargo se requiere una guía, una colección de reglas, para dar una descripción al servidor público de las normas que lo esperan y orientarlo en situaciones desconocidas."



"Yo sólo vine por una preguntita" ¿no existe un comité de ética en la Knesset (el parlamento)? ¡Pero claro que existe mujer! Bueno, sin duda existe. Sí, ahí está. Perdón... ¿Cuál era la pregunta?

viernes, 13 de noviembre de 2015

La "Sociología de lo Posible"






Hoy en un encuentro grupal, uno de los participantes consideró a la "Falsa conciencia" como una causante, entre otras cosas, de la baja participación política entre los jóvenes (aquí definidos como ciudadanos de entre 18 y 30 años) o de su sensación de no tener la mínima chance de influir en la política del estado o de dejar huella en el diseño de la sociedad. 

El término "Falsa conciencia", marxista por excelencia, disparó entre los participantes una serie de bromas que de inmediato me llevaron, en asociación libre, a algunos profesores de sociología, que según mi impresión, han colocado a ese término ya en el mausoleo de la ciencia social, aunque sean ellos mismos de izquierda, así como casi todo el ambiente académico en estas tierras. A veces tiendo a pensar que si algún estudiante osa escribir "Falsa Conciencia" en algún trabajo final, sería tratado como quien vive en el tiempo de ñaupa. 

No obstante, y para mi entusiasmo, el espíritu marxista está bien vivito y coleando en la academia. En un fascinante artículo, publicado en el 2012 en la renombrada revista académica American Socilogical Review por Erik Olin Wrigth, profesor en el departamento de Sociología de la Universidad de Wisconsin y presidente de ASA ese año (American Sociological  Association) el marxismo está más que presente. El Neo-Marxismo, digamos. El texto expresa una perspectiva marxista muy refrescante. Ya desde el título, el cual si está bien puesto puede decir mucho sobre el contenido, se deja entender la tendencia. 

El artículo se titula "Transforming Capitalism through Real Utopias" y barca una amplia reflexión sociológica sobre las alternativas a las instituciones o las estructuras sociales dominantes. Sobre todo, examina las alternativas al capitalismo. El autor espera contribuir a lo que él llama "la sociología de lo posible" y no sólo de lo existente, principalmente en una época en la que el capitalismo se percibe como el orden natural de lo existente. La idea de una "sociología de lo posible" es una idea muy atractiva ante mis ojos y aspira a seguir la línea de la Escuela de Frankfurt, o sea, de una ciencia social crítica y emancipadora. 

El primer principio que aparece en el artículo expresa la idea de que muchas formas de sufrimiento humano y de déficit en el desarrollo humano son el resultado de estructuras e instituciones existentes. El segundo, indica que una correcta transformación de las estructuras e instituciones existentes contiene el potencial de reducir significativamente el sufrimiento y de ampliar las posibilidades para el crecimiento de la raza humana. Sin embargo, la transformación y el cambio social, como un proceso proactivo, podría incluir efectos indeseables, que a veces podrían llevar a un estado de cosas peor que el anterior al cambio. 

El autor sugiere el término (el muy gratificante término para mí) "Utopía Real" como medio para pensar en alternativas y en posibles transformaciones que tomen en cuenta los dos principios antedichos. El término "Utopía" encarna la tensión entre los sueños y la práctica, y se refiere al desarrollo de alternativas que contengan nuestras más profundas aspiraciones, un mundo donde todas las personas tengan acceso a las condiciones necesarias para el crecimiento. El concepto de "Real" trata de alternativas respecto a los efectos indeseados o a la dinámica de efectos devastadores que podrían producirse sin querer en el proceso de cambio. El autor examina la "Utopía Real" a través de cuatro tareas. En primer lugar, la instalación y la descripción de los principios morales necesarios para analizar y juzgar a las instituciones sociales. En segundo lugar, mediante el uso de esos principios para la crítica y el diagnóstico de las instituciones existentes. En tercer lugar, mediante el desarrollo de alternativas sostenibles en respuesta a las críticas y a los diagnósticos del paso anterior. En cuarto lugar, la oferta de una teoría aplicable, que lleve adelante la transformación, sobre las bases de las alternativas presentadas. Los principios morales por los que se analizaría el capitalismo serían la igualdad, la democracia y la sostenibilidad.

Para el autor, la igualdad es una condición en la que todas las personas poseen acceso a las mismas condiciones sociales y materiales necesarias para la vida próspera. Téngase en cuenta que hay una distinción entre lo que sería "el acceso a los mismos términos y condiciones" y entre "tener las mismas oportunidades".¿Qué sería una "vida próspera"? la idea se refiere a las diversas formas en que los individuos podrían desarrollar sus habilidades intelectuales, físicas, artísticas, espirituales, sociales y morales. Las condiciones materiales, como podemos intuir, son los recursos financieros para proporcionar la seguridad y las necesidades existenciales. Las condiciones sociales incluyen ideas como el respeto mutuo, la comunidad, la solidaridad y la confianza.
El concepto de la democracia hace hincapié en el valor central sobre el cual toda institución democrática debería tener la intención de construirse: ​​idéntico acceso para todos los miembros de la sociedad a los medios necesarios para la participación en la toma de decisiones sobre los asuntos que los incumben y afectan. Es decir, si una determinada decisión impacta o influye en las vidas de la gente, entonces esas personas deben tener la opción de ser parte de la decisión. ¿Refrescante ya dije?

La sostenibilidad se refiere a las generaciones por venir. Éstas deben de tener el mismo acceso a las condiciones sociales y materiales que posee la generación actual. Si la igualdad es la justicia social para la gente de hoy, entonces la sostenibilidad es la justicia social para las futuras generaciones que están por venir.
 La transformación del capitalismo implica la democratización de la economía, se presentan tres estrategias para la transformación y el impacto: 1-rupturista (rotura brusca entre las instituciones existentes y los nuevos arreglos) 2-intersticial (construcción de nuevas formas de empoderamiento social en los márgenes del capitalismo, donde no parezcan amenazar directamente a las clases dominantes y las élites), 3-simbiótica (la mejora de las estructuras existentes, el empoderamiento al mismo tiempo del Estado y de la sociedad civil, la cooperación entre los movimientos sociales y los gobiernos). El autor sostiene que la estrategia con mayor potencial de éxito es la que logre combinar entre la simbiótica y la intersticial.

En conclusión, el documento ofrece un marco basado en un empoderamiento social significativo que involucre un compromiso de pluralismo y de heterogeneidad institucional.
En el mundo del "así es" y del "no hay nada que hacer", la visión de la "sociología de lo posible" abre una grieta por donde quizás pueda ser germinada una semilla para el cambio. El carácter emancipador de la ciencia social no puede ni debe ser retirado de la charla, y aunque me haga quedar como una perfecta "nerd", debo confesar que la lectura del artículo me aportó cierta felicidad durante varios días.

domingo, 8 de noviembre de 2015

El estado de Israel no tiene idea de lo que es la "extrema izquierda"




El dúo de palabras "extrema izquierda" que últimamente en Israel se le adhiere a casi todo aquello que no sea derecha no representa nada que realmente exista en el país. 


En Israel no hay extrema izquierda. Casi no hay izquierda alguna. Mientras que la izquierda israelí no juega fuera de las reglas del juego democrático, la comparación de rutina diaria entre la extrema derecha, la cual está siempre lista a tomar las armas, a matar, a asesinar (incluso un primer ministro), a atacar y a lesionar la integridad física, y entre la izquierda, cuyo acto más extremo consiste en la expresión de opinión -tan radical como ésta sea- es una falacia. La comparación entre la extrema derecha y la extrema izquierda es engañosa, pero ayuda a la construcción social de la amenaza "izquierdista" a nuestra existencia como pueblo o como nación, favorece a aumentar la legitimidad de la ideología derechista nacionalista y facilita la aceptación pública de las acciones que toma el gobierno de derecha, el cual se encuentra desde hace años en el poder, en contra de la "extrema izquierda" que el mismo se ocupa de construir para luego destruir.


Contrariamente a la izquierda cívica, la ideología nacionalista considera a la "nación" como anterior al estado. Es la nación quien define quién puede ser incluido y quién no. 


Ésta surge de una historia compartida, sobre todo de sufrimiento, y sus características se manifiestan como parte del estado, el cual que debe darle el espacio para expresarse. El estado no es el que reúne y fija la nacionalidad – la identidad de la nación- sino que actúa bajo el nombre y en nombre de la nación. De acuerdo a esto, y aunque la nación sea una comunidad imaginaria –así como lo es la nacionalidad- no se percibe como imaginaria por la derecha nacionalista, sino como extremadamente tangible, y como tal seguirá existiendo, incluso si el estado se disolviera. Este concepto de nacionalidad es muy cercano al concepto de raza, y es capaz de adoptar patrones de pensamiento racista, mientras que la expresión del pensamiento racista puede encontrar espacio en el estado.


Hoy en día, el Estado de Israel, como democracia, es una piedra en el camino para la derecha nacionalista, interfiriendo en el proceso por el cual las perspectivas de derecha son establecidas como norma de pensamiento y de acción. 


La existencia misma del estado como una democracia liberal, en la que son legítimos los diferentes grupos ideológicos, es una amenaza. Así, somos testigos de los intentos del gobierno de cambiar las instituciones democráticas básicas e intervenir en favor de la derecha nacionalista, en la cual la expresión de ley religiosa judía constituye nada menos que una operación obligatoria. Así es cuando la "nación" es considerada anterior al estado. 

Por lo tanto, la izquierda, que es repetitivamente identificada con el liberalismo y el secularismo, es mostrada como "extrema". 

La izquierda es comercializada por la derecha como una verdadera amenaza para la vida de la nación. La "izquierda" se convierte en nada menos que un agente criminal y traidor, la palabra "izquierda" es usada como apodo o adjetivo despectivo y el izquierdista es excluido de la nación. Pero ¿por qué la ideología de derecha nacionalista, la cual podría cambiar de manera crítica a la democracia israelí y transformarla finalmente en una teocracia, recibe tanta legitimidad y de manera tan profunda? La respuesta es miedo. La estimulación emocional que conduce al miedo. Cuando una persona, un grupo, o una comunidad tienen miedo de dejar de existir es fácil conseguir legitimidad nacionalista. Es suficiente una rápida visión a las campañas electorales – pero no sólo a ellas- para comprender cómo la derecha se basa en la intimidación y la creación metódica del miedo. Su propaganda define a la derecha misma como el salvador y como el guardián del umbral contra una izquierda que se ha convertido en una amenaza extranjera. Pero el miedo conduce a la xenofobia. La xenofobia conduce al racismo. El racismo puede llegar a ser la norma. El racismo como norma daría lugar a la destrucción total del sistema, al colapso, y pondría fin a la existencia de Israel tal como lo conocemos. Cosa que a la "nación" le es indiferente.


Hoy es el momento decisivo. Hoy. No mañana. Mañana es tarde. La existencia misma de Israel como el estado que hemos conocido es lo que está en juego, como el estado que incluso la derecha liberal –la cual se encuentra en proceso de extinción- sabía apreciar. 


Ya en marzo de 1882, Ernest Renan expresó lo siguiente en su conferencia en la Sorbonne "¿Qu'est-ce qu'une nation"?: "hoy en día se sigue cayendo en el gran error de confundir la idea de la raza con la idea de la nación...de esta manera uno crea una especie de derecho primordial análogo a los derechos de los reyes, este es un gran error que si se vuelve dominante dará como resultado la destrucción y el colapso de la civilización europea…así como los derechos de un estado son derechos justos, los derechos primordiales de una raza son estrechos y llenos de peligros existenciales". No es la "extrema izquierda" la amenaza para nuestra existencia, ni siquiera lo son los árabes, sino nuestro liderazgo, nuestras normas y nuestra estrecha visión.
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