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miércoles, 2 de diciembre de 2015

Sólo vine por una preguntita

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Yo tratando de venir por las buenas



¿Otra vez de vuelta con el tema de la ética en el blog? Mirá que trato de venir por las buenas ¿¡otra vez con la Ética?! Oh, bueno, voy intentar igual venir por las buenas. Pero antes que todo, "yo sólo vine por una preguntita": ¿Qué pasa en este gobierno? ¿No se termina un episodio deprimente que ya viene uno nuevo? ¿Cuánto puede contener una persona? Oh, bien, me dije que iba a tratar de venir por las buenas.



Un recordatorio a nuestros amigos en el poder: la ética trata de la acción que es la debida y la correcta. Una de las formar de ver la ética dice que se debe de cometer aquella acción que generará el mayor beneficio a la sociedad. En otras palabras, actuar de acuerdo con el resultado. Este es un tipo de pensamiento consecuencial. Pero, hay un pequeño problema, la imposibilidad de predecir con exactitud las consecuencias del acto. Incluso si el pensamiento consecuencial dirige hacia lo deseable, el no poder predecir con exactitud lo que sucederá por el accionar es un problema, especialmente cuando se trata de una sociedad, un sistema público, con toda su complejidad. 

A veces, la ética no es suficiente para dar lugar a la conducta deseada y se requiere de la ley. De todos modos, hay una clara necesidad de una ética específica en relación a los funcionarios públicos y a los políticos electos, una ética designada para responder a supuestos dilemas que se plantean en relación con el cumplimiento de la función pública. Zamir (1987): "La ética pública refleja los valores morales aceptados públicamente con respecto al buen comportamiento de los representantes electos, los funcionarios y sus superiores, el consenso moral o una esencia moral común de la honestidad y la decencia". Un momento, "yo sólo vine por una preguntita": ¿Podríamos exigirle a nuestros líderes que se aprendan este texto de memoria? Pero antes, "Sólo una preguntita": ¿Qué son los valores morales aceptados públicamente?



La definición de la ética pública hace uso del concepto de la moralidad aceptable, un consenso moral, pero, es difícil establecer qué es esa moralidad aceptable. Similarmente al concepto de "persona razonable" en el sistema legal, se podría hablar de una "moral razonable". La respuesta es muy clara en los casos en que existe un riesgo de corrupción personal. Zamir (1987): "En estos casos podemos decir que el representante electo o el funcionario público no está ejerciendo su autoridad de buena fe, dada la presunción de que él sabe que la autoridad que le fue otorgada es para servir las necesidades del público en general, y la explotación de esa autoridad para las necesidades personales es una violación del deber de lealtad hacia el público". Zamir afirma que hay casos en que la respuesta no es clara, se trata de una "zona gris", e incluso polémica .Por ejemplo: ¿Puede un ministro mentir sobre ciertos temas? Se ha sugerido que la ética pública permite que un ministro le mienta al parlamento (Ha Knesset) por ejemplo, en un tema de seguridad nacional donde es requerido mantener en secreto. Pero, ¿es lícito que un ministro mienta en cualquier otro caso, aún si pueda servir al interés público? ¿Puede un ministro mentir del todo? ¿Qué es esa "zona gris"? 

Obviamente, es una zona situada entre el negro, que sería un comportamiento criminal, y el blanco, una conducta ejemplar. Es importante definir el área gris. Si nuestros líderes en el poder no la definen, entonces por lo menos nosotros, el pueblo, debemos fijar los límites de esta zona gris y dejarlos en claro para nuestros líderes. Por ejemplo: ¿está autorizado un ministro a decir que no puede abordar una cuestión porque tiene un conflicto de intereses y entonces no podrá servir al interés del público si se ocupa de la cuestión del caso? (es amigote del magnate que nos va a robar el gas), mientras que antes de las elecciones esa misma persona que pasó a ser ministro del tesoro (nada más ni nada menos) se comprometió públicamente a resolver la mismísima cuestión -llamémosla monopolio del gas- (ya en ese momento era amigote del mismísimo magnate que nos robará el gas, sólo que no lo dijo)? Yo a esto lo veo de color gris muy oscuro. Oscurísimo.



Otra cuestión relacionada con la ética pública es si la moralidad convencional o aceptable es una moral deseada. Porque la aceptación social puede estar bastante lejos de lo deseable, como Sodoma y Gomorra. Hay reglas fijas para la ética, una normativa, Zamir (1987): "Una colección de reglas no es capaz de hacer a la gente honesta, o de ser un sustituto para el sentido moral del hombre. Con el tiempo, la gente se guiará únicamente por su sentido común y su propia sensibilidad moral. La prueba es si la persona cree que su comportamiento podría soportar la crítica pública. Sin embargo se requiere una guía, una colección de reglas, para dar una descripción al servidor público de las normas que lo esperan y orientarlo en situaciones desconocidas."



"Yo sólo vine por una preguntita" ¿no existe un comité de ética en la Knesset (el parlamento)? ¡Pero claro que existe mujer! Bueno, sin duda existe. Sí, ahí está. Perdón... ¿Cuál era la pregunta?

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