Última Siempre, al fondo, como
si no tuviera ojos en la parte delantera de la cara como todos, sino ahí bien alto
al final de un par de antenas que se elevan - como un caracol humano - y entonces
pudiera ver todo desde arriba. Por ese entonces no quería ser alta. Atrás en la
fila con los varones. Miraba con envidia a la morena esa que era la primera de
la fila, chiquitita y bajita de tipo muñeca. Las maestras siempre se enamoraban
de ella, principalmente porque tenía ese tipo de nenita muñequita. Ese año me
senté detrás de Juan Manuel y él decidió que yo era lesbiana. Demasiado alta y
siempre dibujando nenas o mujeres en el cuaderno cuando me aburría. Él no dibujaba
nada, ni siquiera peces. Así que yo no podía definirlo. Era Juan Manuel que
estaba re-
fuerte, sólo eso. Él también era alto pero no tan alto como yo. No es que mi
altura me bajara la autoestima, sino que
dañaba mis derechos. En una obra escolar en quinto grado actué de varón. Todas
las chicas actuaron de niñas, con hermosos vestidos llenos de volados. Pero faltaban varones para la parte de la danza,
entonces me pusieron a actuar de varón. Así fue que actúe de varón y el público
nunca supo que era nena. Esa vez fue peor que cuando actué de mono con cuatro
ojos. Es que mi madre se equivocó al cortar la máscara
y le hizo un corte alto y me dejó cuatro ojos. Dos a la altura de la frente y
otros dos a la altura de los ojos. También
entonces el público no supo que era nena.
*******
Las bajitas se arreglan bien
en la escuela primaria. El lugar
está construido para los bajos o los promedio, pero ciertamente no para los altos. Esa ley rige para los alumnos, pero no para las maestras. Para ellas es mejor ser alta. Una maestra alta transmite autoridad. Incluso eso se ve en la foto anual del grado. Juan Manuel probablemente no consideraría a la maestra de quinto grado una lesbiana, aunque sea fea y se parezca a un hombre. Aparte de Juan Manuel, que era normal, atrás de todo estaba el distrito de los niños que no podían prestar ni una goma. Era una comarca de gente territorial. Seguro que hoy en día algunos viven en los territorios, en algún puesto ilegal de avanzada. Yo siempre fui de cooperación pero por mi altura tuve que sentarme entre todos esos seres individualistas y territoriales. Por lo menos aprendí a no olvidarme nada en casa. Gracias a eso no me olvido nunca el USB en casa. Tampoco se me olvida nada en cualquier lugar.
está construido para los bajos o los promedio, pero ciertamente no para los altos. Esa ley rige para los alumnos, pero no para las maestras. Para ellas es mejor ser alta. Una maestra alta transmite autoridad. Incluso eso se ve en la foto anual del grado. Juan Manuel probablemente no consideraría a la maestra de quinto grado una lesbiana, aunque sea fea y se parezca a un hombre. Aparte de Juan Manuel, que era normal, atrás de todo estaba el distrito de los niños que no podían prestar ni una goma. Era una comarca de gente territorial. Seguro que hoy en día algunos viven en los territorios, en algún puesto ilegal de avanzada. Yo siempre fui de cooperación pero por mi altura tuve que sentarme entre todos esos seres individualistas y territoriales. Por lo menos aprendí a no olvidarme nada en casa. Gracias a eso no me olvido nunca el USB en casa. Tampoco se me olvida nada en cualquier lugar.
La altura no era ninguna
ventaja en aquellos días de la escuela. De sus beneficios me enteré más tarde. A
Juan Manuel no lo tengo en Facebook. Tengo a casi todo el grado, pero no a él. Tampoco
la tengo a Carina, la pequeña muñeca morocha.
Interesante. Ella era un fantástico ejemplo de red social en la escuela
primaria. Me pregunto si los beneficios de su dimensión física se perciben hoy
como lo hacían entonces.
Yo en sexto, cuál soy? |
yo en primer gardo |
La escuela primaria no ha
cambiado mucho. A los altos se los sigue disponiendo en el lugar designado, ahí
atrás – que no tapen - y siempre al fondo, últimos. La escuela primaria sigue
siendo un lugar construido para bajos o promedios. Pero mis hijos, sin duda, descubrirán
antes que yo la ventaja de la altura.
Siempre estuve en primeras filas por que era petiso o pequenio o delgadito o flacucho. Y casi con los mismos problemas que los altos me doy cuenta ahora que la leo. Muy bueno lo suyo Tabarovsky.
ResponderBorrarEs evidente que la escuela ama al promedio y el resto que se arregle. El sistema escolar tiene-debe pasar a la etapa Adjourning prontamente.
ResponderBorrarSeguro que los petisos tienen tambien material. Aunque para mi todo eso ya paso a ser anecdota, mis hijos lo viven hoy dia (yo espero que con otros ojos).
Gracias por comentar Pezzino!
Post muy de mi agrado!!! Me gusta la autoreferencia y me gustan los antiheroes.
ResponderBorrarThanks, a mi tambien.
ResponderBorrarJa ja ja jaaaaaaaa, genial!!!
ResponderBorrarObviamente, yo fui la primera de la fila, y mis problemas eran otros.
Qué linda, pecosita en primer grado, y con esas trenzas!!
Me flasheó la frase de Ariel.