Todo queda chico. El diario está
lleno de artículos y notas, pero todo es menor. Incluso el "Mire la
explosión de la casa de uno de los terroristas” es pequeño. ¿Qué somos,
animales? Y John Kerry, por supuesto, ¿qué va a decir? "Atroces actos de
terrorismo sin justificación", como si alguien de los que no son
terroristas pensara diferente. Todo es menor frente a los tres nombres y las
fotos. El tamaño del dolor y la tristeza todo lo abarca.
Los seres humanos mantenemos comunidades
y fronteras imaginarias. Las comunidades, los límites y las fronteras no son
por eso fantasía, son realidad – ¡y cómo lo son! - pero son imaginarias. Las
líneas y los bordes, trazados en el terreno por humanos, no son algo físico y
tangible, a pesar de que las personas los convierten en hechos casi imposibles
de cambiar. Y la gente - como la gente - desarrolla fuertes sentimientos hacia
un pedazo de territorio, hacia la soberanía nacional, la nación, la tierra, el
simbolismo y el honor que forman parte del proceso de desarrollo de estas
fronteras imaginarias. La conciencia privada y la social crean una realidad que
indica el modo de mirar y los comportamientos. Hay una construcción mental de
las bases y las estructuras sociales que nos organizan. Esta realidad determina
los destinos y las guerras, pero aún así sigue siendo imaginaria. El imaginario
colectivo nacional une a la gente en una conciencia común y genera un verdadero
compromiso con el objetivo. Pero el encuadre se encuentra en las bases
imaginarias.
Fuente: “Imagined
communities”, Benedict Anderson.
Como humanos somos capaces de crear
nuestra propia realidad. De imaginar el mundo. De establecer supuestos y
tratarlos como hechos. La humanidad crea todo de la nada. Esta es una especie
de pequeños dioses. Esta especie genera todo de la nada, pero luego se refiere
a su creación como si ella fuese la creadora de la especie misma y de la forma
de vivir. Esta especie se olvida de su propio poder. Vive en un mundo
"difíciles de cambiar" que tiene "leyes universales que siempre
han existido, estructuras sociales que nos influyen."
Ciertamente, de vez en cuando
preguntamos "¿Qué sociedad queremos"? y se hacen discusiones en
diversos grados y niveles. Sólo la base de la base no se pone a prueba de la voluntad
y la visión. Las discusiones no tocan los fundamentos imaginarios que son los
que crean brecha entre las comunidades y las personas como si estas pertenecieran
a especies diferentes.
El humano es un ser sediento de relaciones, la especie
desea la interrelación recíproca, pero no ve mas allá, no ve con vista larga. Queda
estancada en las fronteras nacionales. Sentimiento nacional que se ha
convertido casi en religión. Un sentimiento nacionalista que justifica la
destrucción. Destrucción que consigue lo contrario de lo que la especie desea.
Un círculo vicioso del Diablo.
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