La columna de Jessica Tabarovsky, 4 minutos de lectura, va a ser interesante.
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martes, 6 de octubre de 2015
Guía para la menopáusica ansiosa
¿Qué va a pasar con mi trabajo? ¿Qué pasará con mi hombro? ¿Es qué el pasto sintético se va a apoderar de las plazas antes de que yo tenga mis nietos? Hasta hace poco no me preguntaba ese tipo de preguntas. Parece que es una cuestión de edad. Una cruza la barrera de los 45 y en cualquier momento comienza a tener miedo de cosas a las que antes nunca les tenía miedo. No sólo que antes no les tenía miedo, sino que ni siquiera existían en la conciencia. Cosas como las termitas, las enfermedades (las terminales, claro), el miedo a perder el trabajo, a la invasión alienígena, a que algo malo suceda y que sea irreversible. La sensación es que a esta edad todo es ya irreversible.
Principalmente me pregunto qué va a pasar con el trabajo de mi marido. Mi marido tiene un trabajo de inmigrante. Así es. Él es actor y director de profesión. Cuenta con premios y con una amplia experiencia, pero también con un acento argentino muy amplio que no va bien a los escenarios medio-orientales. Y sin conexiones en éste país. Así son las cosas. Y siendo así, cuenta con un trabajo de inmigrante. Es lector. De agua. Se ocupa de la lectura de los medidores de agua en una empresa que presta servicios municipales a la corporación del Agua local. En otras palabras, es empleado de una empresa en la cadena de privatización. Pero, no es por eso que me pregunto qué pasará con su trabajo, sino porque pronto los medidores de agua serán electrónicos. Los medidores enviarán los datos directamente a un satélite y al GPS y la compañía los recibirá sin intervención humana. Tipo Waze, pero sin embotellamientos. Bueno, quizás no haya mucho de qué preocuparse y podría pasar a ser FreeLancer, ¿no? Sólo se trata de colocarse en alguna parte del universo de profesionales de profesiones libres.
La solución de ser FreeLancer es tentadora por un lado, y por otro ser un profesional independiente te deja vulnerable y desprotegido. Lo digo por experiencia, toda mi vida fui FreeLancer, excepto estos últimos años. El FreeLancer, por un lado, tiene la querida y deseada libertad, pero por el otro tiene un castigo (prescrito por ley) por ser profesional independiente (falta de derechos sociales como jubilación, días de enfermedad y etc…). En realidad, creo que lo que estoy preguntando es si no hemos llegado a un callejón sin salida. Y si es así, entonces, ¿qué hacemos?
La guía para la menopáusica ansiosa no se ha escrito aún, así que no tengo ninguna guía que me oriente. Me canso de los libros de autoayuda y de desarrollo personal. Además, en general, estos libros están diseñados para el ciudadano joven y productivo y no para la mujer ansiosa de mediana edad.
La menopausia tiene ventajas y desventajas. Una de las ventajas más sobresalientes es que de repente lo que otros piensen -por ejemplo de tu look, de tus declaraciones o de cómo y lo que haces- te toca menos. Básicamente, es irrelevante. Hay algo de autoconfianza adicional que antes no existía. Menos culpa. Otra ventaja es la posibilidad de hacer preguntas que antes ni se te imaginaban. Así la vida es más interesante. En realidad eso es una ventaja y también una desventaja. Un "super-entendimiento" lo llamo yo. Es entender mucho, a veces entender de más, demasiado. Comprender situaciones, personas, procesos. Por un lado es genial, pero por el otro es estresante, deprimente y puede arruinar el disfrute en general. Y el estrés puede llegar a ser un estrés crónico, como ya he dicho antes, a esta edad todo ya es irreversible.
Y yo, yo que sólo quiero ser chica, que nunca me tomé a mí misma tan en serio, que quiero ser foolish, imprudente, y reír de cosas tontas, de pronto me encuentro en un mundo donde se me exige mostrar mi importancia personal, demostrar lo importante que soy. ¿Qué importante ni ocho cuartos?
Volviendo a la guía para la menopáusica ansiosa, es el momento de escribirla. Mucho se ha dicho acerca de la menopausia, la mayor parte por médicos. Pero dado que la menopausia no es una enfermedad, sino sólo una edad, creo que voy a romper la conspiración de silencio que hay entre las mujeres menopáusicas y levantar el guante. Dejaré a los médicos con la medicina y veré lo qué ésta chica tiene para decir. Al menos ésta es una época en la que las mujeres vivimos lo suficiente como para experimentar la menopausia.
Y contarlo.
(to be continued)
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Ja ja ja ja, me encantó el post y quedo muy ansiosa por leer esa guía!!
ResponderBorrarA esta edad, el "continuará" me produce oleadas de calor...