En el taller que dicté hoy volví a
preguntar a las participantes la pregunta que a menudo pregunto en los talleres,
y que por lo general despierta siempre la misma respuesta. La pregunta es:
"Si cada una de ustedes tuviera dos horas adicionales a la semana, dos
horas para mejorar o desarrollar lo usted que elija, la habilidad que quiera, qué
es lo que elegiría? Inmediatamente las participantes piensan en elegir alguna
de sus debilidades, elegirían mejorar la habilidad en la cual no son fuertes.
Es decir, invertirían unas dos preciosas horas a la semana, en la mejora de su
debilidad. Una debilidad que, en el mejor de los casos, al reforzarla, llegarían
con ella a la mediocridad. Es un hecho corriente que las personas llegan a ser
expertos en sus debilidades. Cada uno de nosotros, por lo general, conoce tan
bien sus debilidades, que ante la pregunta "cuál es tu debilidad\debilidades?"
contestaríamos casi automáticamente y sin pensar dos veces.
Pero ¿Por qué no sucede que en esas dos horas alguien elija desarrollar alguna de sus fortalezas? Si, después de todo, el refuerzo de alguno de sus puntos fuertes le ofrecería muchas más chances de llegar con ellos a la excelencia?
Pero ¿Por qué no sucede que en esas dos horas alguien elija desarrollar alguna de sus fortalezas? Si, después de todo, el refuerzo de alguno de sus puntos fuertes le ofrecería muchas más chances de llegar con ellos a la excelencia?
Otra cosa notable que sucede en los
talleres, es qué las personas tienen dificultades para responder a las siguientes
preguntas 1) "Podría citar tres de sus puntos fuertes, de sus fortalezas,
con respecto su personalidad, y tres puntos fuertes con respecto a su físico?",
2) "Cite un talento especial que usted posee". La primera dificultad que
aparece en la práctica de este ejercicio, es la de encontrar los tres puntos
fuertes\las fortalezas, la segunda dificultad es la de expresarlos públicamente
en el grupo. Es muy notable que así como las debilidades "saltan" a
la mente de inmediato, las fortalezas, en cambio, aquellas habilidades o
capacidades en las cuales somos muy buenos o somos excelentes, no aparecen fácilmente.
En casi el 100% de los casos los participantes tienen dificultades para "encontrar"
tres, y a veces para encontrar incluso una fortaleza, ni hablar de un talento
especial propio. Este es el caso especialmente en los talleres dirigidos a la
re-inserción laboral de mujeres. En realidad casi debería decir " las
participantes" y "las mujeres" en lugar de "los
participantes" y "las personas" en general. Esto en sí, da mucho
para pensar.
Una vez que han encontrado la fortaleza,
les cuesta expresarla públicamente y en voz alta. En general, explican lo
sucedido diciendo que no les es agradable ser una fanfarrona o una engreída. Digo
yo, que tendrá que ver la fanfarronería con el personal marketing!?! Sin duda, eso
es tema para otra entrega…
El conocimiento íntimo de sí mismo es el
primer paso para el crecimiento personal. Hablo del conocimiento de nuestras
fortalezas, del estar familiarizados con nuestros éxitos. Deberíamos ser expertos
sobre nuestras fortalezas y sobre nuestros éxitos en lugar de sobre nuestras
debilidades. No por eso desentendernos
de nuestras debilidades, pero para ser expertos, conviene serlo en nuestros
puntos fuertes.
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Con respecto a las fortalezas y los puntos
fuertes, quiero tocar algunos temas a partir del libro "Authentic
Happiness" de Dr. Martin Seligman.
Seligman expone que la "Virtud" está
presente en todas partes y es valorada en toda sociedad y cultura. Casi todas
las tradiciones existentes desde hace más de tres mil años en todo el planeta, valoran
seis racimos básicos de virtudes humanas:
1.
La sabiduría y el conocimiento
2.
El coraje
3.
El amor y la Humanidad
4.
La justicia
5.
La moderación y la contención
6.
Espiritualidad o trascendencia
Por supuesto que hay diferencias en la
manera de entender el mismo término, entre las diferentes culturas y
tradiciones. Por ejemplo, el coraje para el samurái no se parece al coraje según
lo definido por Platón. Además, existen virtudes que son propias de cada
tradición, pero los puntos en común entre ellas son notables.
Martin Seligman, Psicología de la felicidad, no de la patología. |
Freud, psicología de la patología, psicología abnormal. |
Según Seligman, las "fortalezas" no
son lo mismo que los "Talentos", a pesar de tener mucho en común. Una
clara diferencia entre "fortaleza" y "talento" es que la
fortaleza es una cualidad moral y los talentos no están relacionados con la
moral. La honestidad, la valentía, la autenticidad y la bondad no son idénticas
al del oído absoluto, la belleza externa o la capacidad atlética de un\a gran
corredor\a de carreras de 100 metros. Si usted nació con oído absoluto,
entonces usted tiene un límite en el rango del posible desarrollo de ese
talento, pero esto no resulta verdad sobre el amor, el aprendizaje, la
moderación, la modestia o el optimismo. Los talentos son relativamente
automáticos, siendo que la fortaleza es voluntaria. Con respecto al talento, podemos
decidir desarrollarlo al máximo grado o no, y también en qué contexto usarlo, pero
no hay una decisión primeriza de si adoptar el talento o no. En lo que respecta
a la fortaleza, podemos decidir cuándo usarlo y si continuar con su desarrollo,
pero también existe la decisión voluntaria y primeriza de adoptar una u otra
fortaleza. Desde el punto de vista de la psicología positiva (M.Seligman es
pionero en la rama de la psicología positiva) la voluntad y la
responsabilidad personal son de las cualidades mas centrales e importantes. La
practica de la voluntad y de la responsabilidad personal son de suma
importancia cuando se trata de salir adelante en la vida y de llegar a 10 en
escala de 10 en la realización de la felicidad personal. La rama de la
psicología positiva no trata la patología psicológica, sino que se centra en el
bienestar y en la felicidad. Esta rama intenta escalar desde un
"tres" a un "siete\ocho" en la escala del
bienestar, y no escalar desde un "menos cinco" a un "menos
dos". Es también llamada "psicología
preventiva".
Si hablamos de la adopción, la construcción
y el desarrollo de las fortalezas y virtudes y de su utilización en la vida
cotidiana, hablamos principalmente de la elección voluntaria y de la toma de decisiones.
La fortaleza es apreciada por derecho propio, es apreciada por sí misma y
produce consecuencias positivas. Sentimos alegría e inspiración cuando la
fuerza de voluntad de nuestra parte culmina en una acción positiva. El accionar
y la exposición de la fortaleza o de la virtud de una persona, no reduce el
valor de las otras personas, sino que evoca una sensación realmente positiva.
El uso de la virtud despierta orgullo, satisfacción, alegría, realización y
armonía.
Cada persona posee una serie de fortalezas
o virtudes. Estas fortalezas son inseparables de su carácter, existen de manera
natural y consciente y se usan a diario en las distintas áreas de la vida, en el
trabajo, el amor, la crianza de los hijos, etc…
Intentemos el siguiente ejercicio. Tome sus
fortalezas más notables y pregúntese si uno o más de los siguientes criterios
se aplican a ellas:
1-
Sentirse propietario de esa virtud (me representa y pertenece a mi
verdadero yo, me pertenece en absoluto).
2-
Sentir entusiasmo cuando se utiliza.
3-
Creación de curva de aprendizaje muy rápida cuando se utiliza.
4-
Motivación para el aprendizaje continuo de nuevas formas de usarla.
5-
Inquietud por encontrar nuevas maneras de usarla.
6-
Necesidad imperante de usar la virtud \ la fortaleza.
7-
Frescura, vigor y no fatiga.
8-
Creación de proyectos personales junto con la gran voluntad de llevarlos
a cabo cuando giran en torno a las fortalezas, las virtudes.
9-
Alegría y energía cuando se utiliza.
Si uno o más de los criterios antedichos
concuerdan con sus fortalezas más destacadas, esas serian sus fortalezas de "sello"
personal. (signature strengths(
En los talleres, a veces uso un cuestionario
-basado en el trabajo de Seligman- para aclarar las fortalezas "sello"
de los participantes ya que una fórmula para aumentar la satisfacción y la
felicidad es usar las fortalezas "sello" diariamente en las
principales áreas de la vida.
Las fortalezas "sello" nacen a partir los seis racimos de virtudes antes citados. Seligman
presenta 24 "fortalezas" humanas dentro de esas seis categorías. Expondré
una descripción general, sin citar a cada una de las 24 fortalezas de forma
separada.
La sabiduría y el conocimiento:
Comprende las fortalezas relacionadas con
las formas de practicar la sabiduría, desde las más básicas como la curiosidad,
hasta las más complejas, como la perspectiva.
La curiosidad y el interés por el mundo
requieren flexibilidad para salirse de los conceptos ya existentes y de los
modelos fijos de pensamiento. Las personas curiosas, a menudo, son tolerantes al
doble significado, son atraídas por él y lo consideran un reto. La curiosidad
puede ser específica o general, en el sentido de estar con los ojos abiertos
para todas las cosa.
Esta virtud comprende el amor de aprender,
siendo el entorno todo, el mundo en sí, una ventana abierta a la oportunidad de
aprender. Se trata del aprendizaje activo, en lugar de la aceptación pasiva de
información.
La
persona se caracteriza por el juicio, el pensamiento crítico y una mente
abierta, la capacidad de cambiar de opinión, de pensar profundamente y de explorar
diferentes direcciones. Filtra la información de una manera racional. Es capaz
de pensar fuera de la dicotomía negro o blanco.
Se ponen en práctica la inventiva, la
originalidad, la innovación y la inteligencia social, como aspectos de la
sabiduría. La conciencia y el conocimiento de nosotros mismos y los demás, los
motivos y los sentimientos de los demás y de uno mismo. La virtud también se
asocia a las habilidades sociales, a la capacidad de distinguir las diferencias
entre las personas.
Coraje
Son aquellas fortalezas que hacen uso
responsable y despierto de la fuerza de voluntad para lograr metas que valgan
la pena lograr, aun en un entorno incierto. Esta cualidad gana la admiración
universal. La valentía, la perseverancia, la integridad, el heroísmo, la
honestidad son algunas de las fortalezas notables de la virtud del coraje.
La humanidad y el amor:
Se trata de las fortalezas expresadas en la
interacción social positiva. El reconocimiento de los intereses de los demás y el
reconocimiento de los valores de la otra persona. La empatía y la simpatía.
La fortaleza del amor va más allá de la
idea del amor romántico. Es la capacidad de amar y ser amado. El buen corazón,
el voluntarismo, la generosidad, la preocupación por los demás, se incluyen en
esta categoría.
Justicia:
Son fortalezas relacionadas con la conexión
con grupos más o menos grandes, como la familia, la comunidad, el país y el
mundo.
El ofrecer igualdad de oportunidades para
todos. Por ejemplo, la buena ciudadanía, la lealtad, el trabajo en equipo, el
cumplimiento de deberes, justicia y sentido de equidad, igualdad, las
actividades grupales.
Moderación:
La gente moderada, no deprime los incentivos
y la motivación sino que espera y va en busca de las oportunidades para satisfacerlos.
Fortalezas relacionadas con la moderación son el autocontrol, la humildad, el
control de sentimientos extremos, la moderación física, la modestia, la
prudencia.
Espiritualidad o trascendencia:
Estas fortalezas son de expresión
religiosas y no religiosas, como el entusiasmo y la gratitud. Fortalezas
emocionales más allá de ti mismo. La conexión a algo mucho más grande y mucho
más persistente, a otras personas, a la evolución, al futuro, a Dios. Ejemplos
de estas serian la esperanza, el optimismo, la sensación de propósito, la
gratitud, el humor, la alegría, la energía, la pasión, el perdón, la compasión.
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