Lo personal es político
Una de las cosas interesantes del término "feminismo" es
su amplitud. El término incluye gran cantidad de definiciones. Y como tal, da
la impresión de ser un espacio que recibe y que contiene, en donde se habla al
nivel de los ojos. Pero la moneda tiene dos caras. Por un lado, lo bello del supuesto
pluralismo, que permitiría la co-existencia de diferentes voces que se enriquecen
mutuamente y ayudan a crear un diálogo fructífero y que también contribuyen a
la puesta en día de contenidos, estilos y prácticas. Por el otro lado, tengo una
sensación, en lo que toca a este discurso, que no creo que sea sólo mía, de que
la "verdadera y legítima lucha", la acción que más se considera, es la hecha por
un grupo selecto de mujeres que son las consideradas como las verdaderas accionistas. Hay un -no muy
leve- perfume de auto-importancia y de ego que flota en el aire. Allí, en el
mismo lugar que pretende ser de contención y pluralista.
No pocas veces, en el campo de la acción social - y de la acción en
general - hay situaciones en las que lo importante no es lo que se está
haciendo, la calidad de la obra, la probabilidad de éxito o influencia, sino que
la importancia cae en parámetros como: de quien es la idea o quién es el que lo
hace.
No tengo la intención de poner en duda la calidad de la obra, sino
el método de observación. Muchas veces el grado de apoyo a la gestión de una
obra no se determina por las cualidades de la obra misma -o sea, por el
"que"- sino por el "quien" (quien la hace). Probablemente usted
diga: "¡Qué ingenua!...¿¡no sabe que todo es política?!" Quiero creer
que todavía hay algún valor puesto en la cosa en sí, y no sólo el sobre que la
contiene. Creo que el valor debe fijarse en lo que se hace y no casi únicamente
en "quien" lo hace. No me diga que no es una interesante
interpretación de la frase "lo personal es político", no?
Igualitarismo
El término "feminismo" se convertirá en vacío justo en el
momento de su realización. Será el momento en el que toda discriminación,
cualquier tendencia a marcar diferencias, cualquier intento de poner en
práctica la división de roles, las
clasificaciones y las etiquetas dejará de existir -en lo que se refiere a género-. Sera el momento de la igualdad. El
momento en el cual no se podrá preguntar "como es crecer en una casa
feminista"? Por la sencilla razón de que no habrá nada por el estilo. No habrá
ya nada como una "casa feminista", sólo habrá una "casa".
Cada casa será básicamente feminista, porque en cada casa se practicara la igualdad
real de género.
Tal vez desde el primer momento el termino debería haber sido "Igualitarismo",
en lugar de "feminismo". Ya que el feminismo busca la la igualdad, no
sólo entre el hombre y la mujer, sino la igualdad de los seres humanos como
tales, no se concentra en su propio público, al mismo tiempo que ignora el
sufrimiento humano o el de otros públicos que están bajo opresión. El feminismo
no es lo contrario del machismo. A diferencia del machismo, el feminismo busca
la igualdad, no el matriarcado.
El taxista Igualitario
Hace unos días participé en un fascinante encuentro de mujeres
feministas, activistas y no tanto, y de todo tipo de origen cultural, étnico, educacional y personal,
organizado por una asociación feminista admirable en su práctica y esencia. Y sí...había auto-importancia y ego en el aire. Otra vez el quién y no el qué.
En el camino de vuelta del el evento, el taxista que me llevó a casa me preguntó dónde había estado. Admito que no disparé directamente la respuesta, sino que consideré qué decir. Soy consciente de las implicaciones de la palabra "feminismo" y no quería entrar en eso. No estaba segura de qué contar y qué decir, me tomó más de una décima de segundo decir que era un encuentro feminista, de organizaciones feministas. El conductor del taxi disparó directamente y sin dudar: "Yo no creo en el feminismo" (Empezamos… me dije a mí misma). Luego siguió esto:
En el camino de vuelta del el evento, el taxista que me llevó a casa me preguntó dónde había estado. Admito que no disparé directamente la respuesta, sino que consideré qué decir. Soy consciente de las implicaciones de la palabra "feminismo" y no quería entrar en eso. No estaba segura de qué contar y qué decir, me tomó más de una décima de segundo decir que era un encuentro feminista, de organizaciones feministas. El conductor del taxi disparó directamente y sin dudar: "Yo no creo en el feminismo" (Empezamos… me dije a mí misma). Luego siguió esto:
Yo - "¿En qué cree usted?"
Él - "Yo creo que la mujer es más inteligente que el hombre,
más poderosa, ella debería ser la dominante, la que marca el rumbo, de qué y cómo hacer"
Yo - "De verdad?"
Él - "El hombre tiene un montón de... ¿cómo diría?... Ego, el
siempre debe ganar, siempre yo, yo, yo? "
La media hora que viaje con el taxista igualitario fue excepcional.
La conversación llego a dimensiones espirituales, filosóficas, éticas. La conversación
se convirtió en profunda e inolvidable.
Estoy segura de que los modelos y los mensajes transmitidos en su
casa y en mi casa cambiarán en algún momento la realidad exterior, la de fuera
de casa. Cambiara la esfera política. Se dará la realización del término
"feminismo".
Esa media hora de viaje por los parajes del Neguev fortaleció mi confianza
en la frase "lo personal es político", en su sentido más profundo. De
pronto, el accionar del taxista feminista se convirtió en la más real de las acciones, la más verdadera lucha, la más apreciada.
Lo que es seguro, es que el aroma que gobernaba el coche era el de coco & pino y no el del ego y el de la auto-importancia .
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Qué buena nota!!
ResponderBorrarCreo que por suerte, cada vez son más los hombres igualitarios, los que toman las cosas con naturalidad y la justicia de género como un compromiso.
Lamentablemente, sí, todo es política, y por eso es fácil encontrar grupos que se apropian de ideas, logros, acciones. En lo personal, me manejo con toda la coherencia que puedo y sólo sigo en contacto con las feministas menos fanáticas, o menos agresivas, por decirlo de alguna manera. Porque un tema que pone muy mal es el de los grupos que no permiten disenso, o que arremeten contra los hombres como si fuesen enemigos. Porque el ego hinflado no es privativo de los machistas.
Yo estoy segura de que en un futuro las cosas cambiarán. Porque ya están cambiando.
Si, me encontré con no poco ego, una lastima. Pero las cosas están cambiando, ya lo creo.
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