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sábado, 25 de octubre de 2014

¿Primero son mis dientes que mis parientes?


La sociedad occidental (“desarrollada”) está sometida a lo que yo llamaría “capitalismo en bruto”. El "Capitalismo en bruto" funciona como un sistema que no ha sido procesado o adecuado para lograr una sociedad sostenible, una sociedad que asegure nuestra supervivencia. 

Como resultado, la compatibilidad del sistema a la raza humana, como grupo incluyente, es más que cuestionable. Uno de los pilares en los que se basa el "capitalismo en bruto" es la competencia y el individualismo, los cuales ordenan la búsqueda de la "ganancia para mí y mi familia." El método no excluye la cooperación entre individuos, familias o comunidades establecidas - como organizaciones, países  o empresas- pero estas colaboraciones no vienen a promover al individuo o al grupo junto con toda la raza humana, sino que tratan de promover los beneficios del individual o de un pequeño grupo de ellos. 

Estos grupos a menudo se definen a sí mismos como entidades separadas de otros, tienen su propia y privada ley de pertenencia. Esta mirada no tiene en cuenta el efecto positivo que podría tener la ganancia individual sobre la de los otros. En otras palabras, no ve la ganancia de una persona como algo que puede promover el éxito real también de otra. Además, la visión tampoco tiene en cuenta el éxito conjunto como un trampolín para el éxito individual. 

En una sociedad manejada por  el “capitalismo en bruto”, como herramienta para el desarrollo socio económico, como método, la injusticia y la falta de igualdad se ven como inevitables. Como si fueran un efecto secundario aceptable, al cual hay que acostumbrarse y entender que hay que vivir con él. Como un fenómeno que puede ser que tengamos que limitar, pero que es necesario para que el mecanismo funcione.

Estudios recientes llevados a cabo en monos y simios muestran un comportamiento que rechaza la injusticia y lucha por la igualdad. Un modo que se basa en la cooperación como componente crítico para la supervivencia y el desarrollo de la especie. ¿Será la respuesta de la evolución al capitalismo?

Consideremos  el siguiente ejemplo: “Usted está contento con su salario hasta que se entera de que su compañero de al lado, con el mismo puesto, gana más. La razón evolutiva de este fuerte sentido de la equidad, que los humanos comparten con otros animales, intriga a los científicos. “Nos interesa saber por qué los humanos no somos felices con lo que tenemos, aunque sea bueno, si alguien tiene más que nosotros”, dice la psicobióloga Sarah Brosnan, de la Universidad Estatal de Georgia (EE UU).

“En este sentido de la justicia se fundamentan desde la discriminación salarial hasta la política internacional”, añade Brosnan; sin embargo, no se sabe cuál es su origen en la historia de la evolución. En busca de sus raíces, durante las dos últimas décadas se ha generado una gran cantidad de literatura sobre la moral de los animales, en especial de los primates. ¿Realmente tenemos un sentido fundamental de justicia? Dudo de que las grandes petroleras estén preocupadas en cuanto a los beneficios de la cooperación a largo plazo. Me pregunto si las empresas y los principales exponentes de la capa social empresarial e industrial miren del todo a largo plazo?

Para el primatólogo de Waal, de la Universidad de Emory (Atlanta, EE.UU.), la moral se basa en dos pilares: Reciprocidad y empatía. Sólo en relaciones de cooperación –que traerán beneficios recíprocos- en algunas especies, nace el concepto de justicia. Los primates crean relaciones de cooperación con los demás, incluso si estos no están unidos por lazos de sangre o cualquier otro tipo de conexión. En las relaciones  con otros, los cuales no son parientes,  es donde el rechazo a la injusticia se torna más potente. Frans de Waal, explica por qué: “Hay menos competencia en estas relaciones. Cuando las personas viven juntas desde hace mucho tiempo, pierden la cuenta sobre el número de veces que han cooperado. Pero si yo le hago un favor a un conocido, lo recordaré por ser algo que no sucede con demasiada frecuencia”

El problema para la cohesión de la comunidad comienza cuando el conocido no colabora como se espera o si obtiene más beneficios que los demás. Según explican los investigadores, “los individuos que perciben resultados desiguales podrían obstaculizar la cooperación y encontrar un nuevo compañero”. Los estudios realizados en monos, perros, elefantes y cuervos muestran que los animales que trabajan en cooperación identifican la injusticia en los resultados de un esfuerzo similar.  

Echemos un vistazo a los resultados del juego del ultimátum en el ser humano: El juego consiste en dos personas, una de ellas es responsable de distribuir una cantidad fija de dinero, por lo que si el otro está de acuerdo con la división, ambos reciben la cantidad acordada. Pero si el otro no está de acuerdo, no hay salario para nadie. Bajo gran desigualdad – la visión de desigualdad depende la cultura - aquella persona que recibe el suministro por debajo de lo esperado castiga al otro y le niega el premio. ¿No es este comportamiento parecido a una huelga? Cuando los empleados de una organización deciden parar, el hecho no funciona exactamente de acuerdo con este principio? No me sorprende que a veces todo Israel se identifique con la huelga de los médicos, las enfermeras, los trabajadores de correos, etc ... simplemente rechazan la injusticia de manera colectiva. Interesante.

Brosnan y De Waal distinguen entre dos tipos de aversión a la desigualdad: 1- la que supone una  ventaja para el individuo,  y 2- la que juega contra él. En todas las especies la aversión más común es el odio a la desigualdad cuando ésta juega contra nosotros, esa desigualdad que nos hace protestar cuando nosotros somos los que hemos sido agraviados. Sólo los seres humanos y algunos primates, como los chimpancés, se sienten incómodos frente a la desigualdad de la segunda clase, aquella que es beneficiosa para ellos, y hasta podrían rechazar cualquier trato preferente hacia sí mismos si éste es realizado a expensas de otro.

“Renunciar a una ventaja para conseguir un beneficio a largo plazo requiere no solo capacidad de pensar en el futuro, sino también cierto autocontrol”, explica Brosnan. Este segundo paso, que exige habilidades cognitivas superiores, lleva a un verdadero sentido de la justicia, añade la autora.” Para mí, el sistema capitalista, donde la acumulación actual de beneficios es el nombre del juego, logró borrar nuestra tendencia natural a utilizar las habilidades cognitivas superiores y la visión a largo plazo, fomentando al mismo tiempo la ausencia de autocontrol, el consumismo excesivo y la auto-definición como “producto” o “consumidor”.

De acuerdo con algunos estudios analizados por los dos investigadores, la actitud de los animales es tan importante como los resultados. Por ejemplo, los monos capuchinos son reacios a trabajar con un tipo que lleva a cabo un monopolio con en el premio. Esto indica que lo que impide que la cooperación no es la desigualdad per se, sino en combinación con el enfoque del individuo. Esto es así también en los seres humanos. De acuerdo con los resultados de la investigación, preferimos no trabajar con personas cuyas actitudes son entendidas como nocivas, incluso si se trata de renunciar una ganancia. Resultados por lo pronto alentadores, quiere decir que todavía hay esperanza para un cambio real.

El actuar de manera independiente e individualista puede proporcionar beneficios si este actuar es  viable, pero no siempre es así. “Si un chimpancé puede obtener ventajas por sí mismo, preferirá actuar solo. Los humanos probablemente también. Pero hay algunas ventajas que no puede obtener solo y necesita compañeros. Ahí es donde surge la cooperación y empieza a cobrar sentido comparar los propios esfuerzos con sus recompensas”.

Fuente de los estudios aquí


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